viernes, 29 de octubre de 2021

La asexualidad en el feminismo radical incipiente, parte 1

 [Traducción no oficial de esta web]

 

 Recientemente, ciertas grandes personas encontraron en las profundidades de tumblr la foto de arriba, que data de 1973. Se hizo en un evento llamado "Diálogo Lésbico/Feminista" en el Barnard College. El artículo que la acompaña también habla de una conferencia sobre asexualidad, y de un manifiesto asexual distribuido por las Feministas Radicales de Nueva York:

Asistí al congreso sobre asexualidad dirigido por Barbara Getz. Según Barbara, la asexualidad es una orientación que considera a la pareja como algo no esencial para el sexo, y al sexo no esencial para una relación satisfactoria. ("El Manifiesto Asexual" puede obtenerse de las  Feministas Radicales de Nueva York [...])

Esto es un intrigante atisbo de la asexualidad a comienzos de los 70, pero genera demasiadas preguntas. ¿Había realmente una conversación coherente sobre asexualidad como orientación sexual, o fue simple casualidad? Parece probable que muchas personas en distintos momentos presentaran la asexualidad como concepto, pero estas personas no estuvieron necesariamente hablando unas con otras. Podría ser que distinta gente utilizase "asexualidad" de formas diferentes, algunas vagamente parecidas a la nuestra, y otras que no se parecieran en nada.

Desafortunadamente, gran parte de esta historia se ha perdido. No tenemos ni idea de quién es Barbara Getz, o de qué se habló en su conferencia. Nadie ha podido encontrar una copia* de "El Manifiesto Asexual".

Lo que sí encontré fue un artículo de 2010 llamado "Rechazos Radicales: Sobre la política anarquista de las mujeres que eligen la asexualidad", de Breanne Fahs. Fahs es una profesora de Estudios de Mujer y Género que ha hecho un trabajo histórico sobre el feminismo radical incipiente. Fahs desarrolla dos casos del mismo periodo de la foto de arriba: Valerie Solanas y el grupo Cell 16.

En la parte 1 hablaré de cada uno de estos casos, empleando lo que Fahs escribió, algunas fuentes, y hablando con la propia Fahs. En la parte 2, comentaré de manera crítica "Rechazos Radicales" y otra crítica escrita en 1977.

Valerie Solanas

Valerie Solanas es conocida por dos cosas: escribir el Manifiesto SCUM y disparar a Andy Warhol. No, en serio, fue un intento de homicidio; fue un gran problema que ayudó a catalizar el comienzo del feminismo radical. Fahs ha escrito sobre Solanas extensamente en estos dos artículos, así como un libro entero.

El Manifiesto SCUM es un ensayo satírico de 1967 sobre una organización ficticia (SCUM) dedicada a derrumbar la sociedad y cargarse a todos los hombres. Aunque satírico, el Manifiesto SCUM mostró un punto de vista que Solanas apoyaba, y no quedaba claro hasta qué punto realmente iba en serio. Personalmente, encontré el ensayo difícil de comprender; un salto cultural de 50 años lo explicaría. Pero, en el momento de publicarlo, ella tenía al menos algunas fans entre las feministas radicales.

Cuando Solanas disparó a Warhol en 1968, para muches observadores, tanto simpatizantes como no, fue como si ella estuviera en cierto modo viviendo según lo que el Manifiesto SCUM proclamaba. Ti-Grace Atkinson, quien dirigía el capítulo de Nueva York sobre la Organización Nacional para las Mujeres (NOW, por sus siglas en inglés) describía su reacción inicial:

Alguna mujer había hecho algo apropiado con los sentimientos que todas estábamos teniendo. Estaba contraatacando. Lo sentíamos así.

Atkinson salió en defensa de Solanas en el subsecuente juicio, pero NOW decidió distanciarse de Solanas. Esto catalizó una separación entre Atkinson y NOW, y Atkinson se fue para formar uno de los primerísimos grupos feministas radicales, Las Feministas. (Las Feministas Radicales de Nueva York, mencionadas en relación a la foto de arriba, fue fundado en 1969 por una antigua miembro de Las Feministas). Por supuesto, no era la única motivación de Atkinson; ella también citó la reticencia de NOW de tratar problemas relacionados con el sexo (por ejemplo, el aborto).

Respecto a la propia Solanas, Atkinson expresó una gran ambivalencia, diciendo que Solanas no era realmente feminista. Solanas inspiró a muchas feministas, pero el intento de asesinato no estaba motivado por el feminismo: fue porque ella creía que Warhol estaba tramando cómo robarle un manuscrito que ella le prestó, que posteriormente él perdió (durante el juicio se declaró que Solanas tenía esquizofrenia paranoide).

Esta es una historia profunda y fascinante, pero debería volver al tema de este artículo. La asexualidad está mencionada explícitamente (una vez) en el Manifiesto SCUM:

[...] esas féminas menos integradas en la "Cultura" masculina, las menos majas, esas almas groseras y simples que reducen el sexo al sexo, que son demasiado infantiles para el mundo adulto de los suburbios, las hipotecas, las greñas y la porquería de tener bebés, [...] en resumen, esas que, por los estándares de nuestra "cultura" son SCUM (escoria)... estas féminas son guays y relativamente intelectuales, y esquivan la asexualidad.

[...] SCUM se mueve... más y más... han visto el show entero, cada pequeña parte de él, la escena del sexo, la escena de la lesbiana [...] tienes que pasar por un montón de sexo para llegar al anti-sexo, y SCUM ha pasado por todo eso, y ahora están preparadas para un nuevo espectáculo [...]

Aquí, "asexualidad" parece referirse a una posición de principios en contra del sexo, y es el ideal para las miembros de la sociedad SCUM ficticia. Solanas describe la asexualidad como algo que se consigue después de tener todo tipo de sexo. Así que, uh, esto es simplemente fascinante, pero no nos recuerda realmente a los conceptos modernos de la asexualidad en absoluto. Sin embargo, considero esto un dato importante, quizá uno negativo que sugiere una falta del entendimiento moderno de la asexualidad.

Cell 16

Cell 16 fue un grupo que abogaba por el separatismo feminista. Sus ideas inspiraron posteriormente a los grupos de lesbianas separatistas, pero Cell 16 no abogaba por el feminismo, sino por el celibato. Publicaron una revista llamada No más diversión y juegos (No more Fun and Games) entre 1968 y 1973. Fahs habla sobre un artículo en su revista, llamado "Sobre el celibato" (On Celibacy), escrito por Dana Densmore. El artículo no menciona la asexualidad, pero mucho de lo que dice puede resonar incluso en audiencias asexuales modernas.

Pero me gustaría poner el foco en un artículo distinto que escribió Densmore en un contexto similar, "Independencia de la revolución sexual" (Independence from the Sexual Revolution), originalmente impreso en 1971. Vale la pena leerlo entero, pero aquí destaco algunas frases.

El derecho que es un deber. La libertad sexual que no incluye libertad para rechazar el sexo, para rechazar definirse por el sexo a cada paso. El sexo se convierte en una religión, existiendo independientemente de los individuos que comparten su particular consumación física.

Si te dicen una y otra vez que eres un ser que posee profundas necesidades sexuales, la probabilidad de que descubras que es así es muy alta. Particularmente cuando otras opciones están prohibidas o se disuaden. Particularmente cuando se enfatiza en que quienes no sienten esas necesidades son personas frígidas, neuróticas, sexualmente inadaptadas (lo que para una mujer significa esencialmente inadaptada), secas, estériles, de las que apenarse.

Estamos programades para pensar no solo que el sexo es el único camino para demostrar o probar nuestro amor; es la única (o mejor) forma de expresarlo.

Hasta donde sé, no hay evidencia de que la propia Densmore fuese asexual (ella escribió "Personalmente, reconozco que tengo sentimientos sexuales"). Pero su escritura obviamente presagia muchas ideas que las comunidades asexuales utilizarían décadas más tarde. También tengo una fuerte sospecha de que algunas mujeres que ahora consideramos asexuales se habrían sentido atraídas por los textos de Cell 16. "Independencia de la revolución sexual" incluye el siguiente pasaje:

Una mujer en sus cuarenta me escribió lo siguiente: "Ahora me doy cuenta de que es un instinto, pero creo que hay algo más en la historia. Cuando reflexiono sobre mis propias experiencias pasadas, raramente puedo encontrar un momento en el que hubiera una necesidad intrínseca que me llevara a ello. No estoy diciendo que si no la hubiera tenido durante un tiempo prolongado (lo cual nunca me ha ocurrido) no habría podido sentir el instinto, sino que necesitamos más evidencia de cuánto, porque sospecho que incluso el mínimo está muy, muy por debajo de lo que se cree. Sé que me he convencido hacia el sexo la mayoría de las veces probablemente buscando ese orgasmo revolucionario que quizá era un fraude en cualquier caso. ¿Y si nadie me hubiese dicho esas palabras con las que me convencía a mí misma? Empiezo a desconfiar de todo eso. Me recuerda a esa línea de Notas del primer año (Notes From the First Year): a veces preferirías jugar al pimpón.

Lo que veo aquí es que estas fueron precursoras de la asexualidad y las ideas asexuales, pero la propia idea de asexualidad no estaba muy bien expresada.

¿Se refirió Cell 16 a la asexualidad explícitamente en algún momento? Cuando busqué la revista de Cell 16, me sobresaltó encontrar que, justo al lado de "Sobre el celibato", también había un artículo titulado "Asexualidad" (Asexuality), de 1968. Intrigada, intenté fuertemente encontrar este artículo, y finalmente lo conseguí. Es bastante corto, así que incluyo una transcripción abajo.

ASEXUALIDAD

Considerando lo que una persona tiene que soportar para alcanzar una relación de todo a todo en esta sociedad, o cualquier otra de las que conozco, la persona más "normal", la más moral, es la célibe. No me refiero a burlas femeninas o masculinas que usan el sexo pero no lo practican, sino a la persona realmente célibe, "monje". Quizá todes deberíamos probarlo durante un tiempo. Un célibe no puede mantener su balance e integridad simplemente por autonegación o aislamiento (prisión). Él debe lograr una unidad completa consigo mismo y con el universo, y se relaciona con otras personas con más sensibilidad y afecto que una persona "sexual". Por supuesto, a menudo el celibato no es una decisión libre, sino una basada en el miedo al implicamiento sexual (aunque un miedo condenadamente sano). Existe cierta desconfianza, duda de une misme. La persona que ha pasado por toda la escena sexual y después se convierte, por elección y repugnancia, en célibe, es la persona más lúcida.

No creo que las "necesidades" a las que nos referimos tan a menudo sean "necesidades" reales. Creo que son necesidades condicionadas, y pueden dejar de serlo. Creo que todas las personas tienen la necesidad y el potencial de mantenerse permanentemente íntegras durante sus vidas.

El comportamiento sexual no es la cuestión. Es una función natural que no requiere escándalo ni atención. Les niñes desarrollan su sexualidad sin manuales de entrenamiento ni deseos por los que jadean. Las mujeres esclavas (completas y autónomas) pueden tener sexo o dejarlo, igual que los hombres completos (una vez conocí a uno). El sexo se cuidará a sí mismo. Los cuelgues sexuales son solamente síntomas de la enfermedad, no la enfermedad. No veo motivos para discutir el futuro del comportamiento sexual en relación con la Liberación de la Raza Humana de la Desunión. Las preguntas son estúpidas: ¿Emergerá la homosexualidad o el sexo grupal? ¿El deseo sexual durará hasta la vejez? ¿Deberían los padres tirarse a sus hijas para deshacerse del complejo de Electra (no habrá padres)? ¿Deberían las madres tirarse a sus hijos? Todas las preguntas relacionadas con la sexualidad son irrelevantes bajo nuestras estructuras de pensamiento presentes, porque no tenemos ni idea de las del resto. ¿Qué importa? Tomaré los resultados a ciegas, sean los que sean. Y lo haré sin las migajas que ofrece nuestra propia sociedad puesta del revés. Aprendamos a ser completos y olvidémonos de unirnos.

Roxanne Dunbar

En este corto ensayo, Dunbar (ahora Dunbar-Ortiz) no explica explícitamente lo que significa el título. Pero ella parece ver la asexualidad como algo que va más allá del celibato, hacia la "completitud". Extrañamente, también describe esta forma de celibato como realizada por alguien que "ha pasado por toda la escena sexual", lo cual suena directamente inspirado por el Manifiesto SCUM. Pero mientras el Manifiesto SCUM era satírico, y por tanto difícil de interpretar, este artículo parece más serio. Así que, sí, aquí tenemos otro punto.

Conclusiones finales

Cuando le pregunté a Breanne Fahs directamente sobre asexualidad y celibato en el feminismo radical incipiente, dijo que "se le había dado unas cuantas vueltas al tema".

Creo que, en particular, las feministas radicales de finales de los 60 y principios de los 70 estaban intentando imaginar un mundo en el que el sexo no fuese opresivo o necesario, así que la asexualidad y el celibato llegaron en diferentes momentos para ellas. Cell 16 lo tomó más como una especie de argumento colectivo, construyendo desde la revista No más diversión y juegos. Otres, como Ti-Grace Atkinson y Kathie Sarachild, no estaban de acuerdo sobre qué hacer con la asexualidad en general, con Katie tirando más hacia encontrar un lugar para el sexo (hetero) en el feminismo radical, y Ti-Grace trabajando para atacar TANTO el sexo como el amor (¡súper controvertido!). Trato sobre esto en mi reciente libro, Feminismo agitador (Firebrand Feminism).

Así que, si alguien quiere investigar por su cuenta, ¡parece que hay más que encontrar! Estaría particularmente interesado en aprender sobre el ataque al amor de Ti-Grace Atkinson, que podría ser un precursor de las ideas arrománticas.

En la parte 2 echaremos una mirada crítica a las fuentes secundarias.


* En uno de los comentarios del artículo original podemos encontrar The Asexual Manifesto (en inglés), escrito por Lisa Orlando.

viernes, 19 de marzo de 2021

Buscando la asexualidad en los archivos históricos

 [Traducción no oficial de esta web


La asexualidad a menudo se considera un invento reciente de internet. Sin embargo, echando un ojo a la historia queer, encontramos que la gente "ace" ha existido desde hace mucho tiempo en la vida real.


Este artículo es parte de Outward, la sección de Slate que cubre la cultura, los pensamientos y las experiencias LGBTQ.


En 1981, una mujer llamada Catherine Kobaly escribió una carta al periódico feminista Heresies (Herejías). Les agradecía su nueva publicación en la que se hablaba de sexualidades marginadas, pero añadía: "También me he sentido un poco fuera de lugar puesto que, de todos los puntos de vista representados, he sido incapaz de encontrar uno con el que pudiera identificarme plenamente".

Kobaly era asexual, escribió, igual que la mayoría de sus amistades, y sintió que había estado luchando contra su identidad por vergüenza, haciendo notar que la sociedad estadounidense mainstream promovía la noción de que "la falta de una pareja sexual, y especialmente la falta de un historial de parejas sexuales"—un posible signo de asexualidad—"se ve como algo negativo, como una carencia, una expresión de incompletitud de la persona". Durante años, Kobaly había visto a activistas gays, lesbianas, transgénero y bisexuales desfilando por la Quinta Avenida como parte de las celebraciones anuales del Orgullo. Su preocupación era que la comunidad asexual necesitaba experimentar el mismo tipo de visibilidad y seguridad. Tal como explicó a los editores de Heresies, "Sería mucho más fácil refutar esos mensajes, decir: 'Soy lo que soy y no hay nada malo en ello', si nosotres les asexuales tuviésemos la ayuda de un grupo de apoyo [enfocado en la solidaridad] tal como el que tienen las lesbianas y los gays."

La mera existencia de la carta de Kobaly rompe con un estereotipo dañino. Debido a que la organización moderna asexual ha ocurrido mayoritariamente en internet, algunes comentaristas han definido la asexualidad como la primera "orientación de internet". Pero este tipo de planteamientos perpetúan el mito de que la asexualidad es un fenómeno nuevo, nacido a partir de una serie de foros y mensajes de Tumblr. En realidad, la historia está abarrotada de gente hablando de sus complicadas relaciones con las atracciones sexual o romántica, y en incontables espacios queer entre las décadas de los 60 a los 80, "asexual" era una auto-identidad válida y reconocida. Sin embargo, esa historia se ha contado muy pocas veces.

Actualmente, les activistas consideran la asexualidad como un espectro. Mientras la tan repetida definición de asexualidad es "experimentar muy poca o ninguna atracción sexual" y recoge las experiencias de un fragmento de la comunidad asexual, no todo el mundo la siente igual. Algunas personas asexuales experimentan atracción romántica; otras no. Algunas personas asexuales, en particular las demisexuales, pueden llegar a sentir atracción sexual bajo ciertas circunstancias; otras no la experimentan en absoluto.

Admitamos que identificar ejemplos tempranos de asexualidad puede reducirse a actos de interpretación. Varies personajes históriques han discutido largamente sus bajos niveles de atracción sexual o romántica, incluso aunque no usaban términos como asexual. Algunas personas asexuales investigadoras han encontrado "ecos" asexuales en escritos de la poeta francesa del siglo XVII Catherine Bernard o de la sufragista británica del siglo XIX Elizabeth Wolstenholme Elmy. Desde el siglo XIX, la profesión médica también ha diagnosticado a personas que expresaban poco interés en el sexo con "anestesia sexual" o "frialdad sexual".

En Estados Unidos, una de las primeras referencias explícitas a la identidad asexual fue cortesía de Carl Schlegel, un reverendo alemán y uno de los primeros activistas gays modernos en los Estados Unidos. Al comienzo del siglo XX, Schlegel promulgó alegatos por la igualdad queer que incluían la asexualidad en particular. "Sean las mismas leyes para todas las etapas intermedias de la vida sexual: que la gente homosexual, heterosexual, bisexual, asexual, sean legales como es ahora la gente heterosexual", dijo Schlegel en un discurso en 1907. El famoso sexólogo Magnus Hirschfeld también empleó el término, escribiendo en "El rol de los hombres y las mujeres homosexuales en la sociedad" en 1920 que "debemos (si fuera posible) describir" filósofes como Immanuel Kant "como asexuales".

Avanzando medio siglo encontramos que la literatura emergente sobre la identidad queer hizo frecuentes referencias a la asexualidad. En 1952, la revista Transvestia reivindicó que, aunque la mayoría de la gente trans "es completamente heterosexual", "alguna es también asexual". Para explicarlo, Transvestia publicó en 1965 una breve descripción sobre lo que denominó el "rango a-sexual" —quizá un temprano prototipo del espectro asexual— en el que hizo notar: "Hay personas que simplemente tienen una libido muy baja —no tienen impulso sexual del que hablar".

Transvestia, escrita por y para la comunidad trans, no fue el único ejemplo de personas trans identificándose abiertamente como asexuales. En un artículo de octubre de 1970 sobre la liberación trans, el periódico Gay Dealer de Filadelfia escibió que la "Trans Lib"—abreviatura de liberación transgénero—"incluye travesties, transexuales, y hermafroditas de cualquier manifestación sexual y de todos los sexos —heterosexual, homosexual, bisexual, y asexual." En una conferencia feminista en 1973, se pidió a las mujeres y a las personas no binarias llevar una etiqueta eligiendo una de las siguientes identidades: "Hetero, Lesbiana, Gay, Butch, Femm, Asexual, Anti-sexual, ?, otra, etc." Investigadores asexuales localizaron recientemente una foto de una conferencia similar en la que activistas de Barnard College pidieron a les asistentes "elegid vuestra propia etiqueta en vez de permitir que alguien lo haga por vosotres". Entre las opciones estaba "asexual".

Algunas discusiones precoces sobre asexualidad surgieron accidentalmente. En 1971, Village Voice publicó lo que pretendía ser un artículo parodia titulado "¡Les asexuales también tienen problemas!", pero en una ráfaga de cartas al periódico, les lectores aprovecharon lo que asumieron fue una franca discusión sobre asexualidad —sugiriendo una amplia curiosidad sobre la identidad asexual. "Ahora no sé si soy asexual o no, pero sé que mientras muchas de mis amistades claman estar apartando sus deseos lujuriosos y primitivos, yo paso la mayor parte de mi tiempo intentando asegurarme de que los tengo", contó une lectore anónime al periódico. Poco después, revistas queer empezaron a hacer referencias ocasionales a la identidad asexual —los comienzos de lo que sería una profunda conexión entre la creación de estas revistas y la comunidad asexual.

La profesora de la Universidad del Estado de Illinois Ela Przybylo, en su libro Erótica Asexual, remarcó la existencia de un esfuerzo feminista en las décadas de los 60 y los 70 por renegar del sexo. Durante la última mitad del siglo XX, la aparición de publicaciones como Playboy ayudó a dar comienzo a una nueva época de apertura sexual —al menos para hombres blancos, cis y heterosexuales. Como documentó Przybylo, este cambio transformó las demostraciones públicas de deseo sexual en una necesidad social. Un libro de 1962, por ejemplo, castigaba a las mujeres que manifestaban "frigidez" sexual.

En respuesta, las feministas empezaron a rechazar la necesidad del sexo. Valerie Solanas, en su Manifiesto SCUM de 1967, identificó el sexo como un invento del patriarcado que debería ser al que deberíamos renunciar en pos de de otras actividades. Las mujeres del grupo activista predominantemente puertorriqueño, les Jóvenes Lores, se abstuvieron del sexo para conseguir lo que reclamaban; feministas blancas como Toni Cade Bambara, mientras tanto, criticaban el sexo por reafirmar un binarismo de género estricto.

El aumento de estas críticas inspiró a una feminista, Lisa Orlando, a publicar "El Manifiesto Asexual" en 1972. La interpretación de Orlando de la asexualidad puede no coincidir con la definición dominante actual —Orlando encuadra la asexualidad como una reacción política al patriarcado, más que una identidad profundamente establecida— pero ella hace notar cuanto más evitaban el sexo ella y su amiga Barbara Getz, "nuestra necesidad e interés por el sexo disminuían". Ella ve el sexo como "un medio de autoengaño, como una forma de evitar la cercanía real en lugar de lograrla".

Orlando, Bambara y otras personas fueron creando una crítica que el movimiento asexual del siglo XXI centralizaría posteriormente, según Przybylo: El interés por el sexo no es, y no debería ser, una norma social. "Incluso aunque lo consideren algo temporal, mucha gente aún antepone esta crítica de la sexualidad obligada que se relaciona estrechamente con la asexualidad", me contó Przybylo.

"El Manifiesto Asexual", al menos, tocó la fibra sensible de la gente que más relación tenía con la concepción actual de asexualidad. Un escritor, el liberacionista gay Greg Turner, la citó en un artículo de 1976 subrayando su búsqueda por una etiqueta identitaria. Turner describía sentir un interés mínimo en lo sexual durante largos períodos de su vida. Une amigue le habló del manifiesto, y eso lo inspiró levemente a identificarse como "asexual". Más tarde, Turner acuñó el término "monosexual", que definió como "similar a la Asexualidad"—"simplemente confiando en une misme en lo relacionado con el disfrute sexual, sin depender de otres". (Actualmente, monosexual se utiliza más generalmente para referirse a personas que prefieren el sexo con un género, como gay o hetero, en contraposición a bi- o pansexual.)

Aunque no parece haber habido un movimiento de liberación asexual formalizado en el siglo XX, la idea no resultaba ajena. En un análisis de un libro de 1978, la editora literaria de Gay News, Alison Hennegan, señaló que la gente tiene el derecho de "no ser sexual en absoluto" y bromeó: "Últimamente hay un fuerte caso a favor de la Liberación Asexual".

Para cuando Catherine Kobaly escribió su carta a Heresies en 1981, las referencias a la asexualidad salpicaban los archivos históricos. Aunque la asexualidad es raramente mencionada en los libros de historia tradicionales, mi investigación sugiere que la identidad asexual ha sido parte del activismo queer durante más de un siglo. La única razón por la que la gente aún menosprecia la asexualidad refiriéndose a ella como una "orientación de internet" es porque esta historia está muy poco diseminada, no porque no esté ahí.

Mientras que poca gente lo recuerda hoy día, la visión de Kobaly de una red activista de personas identificadas como asexuales demostró ser especialmente adelantada a su tiempo —la antepasada intelectual, quizá, de grupos modernos como AVEN, la Red Asexual de Visibilidad y Educación. Tal como Kobaly explicó a les editores de Heresies, ella combatió el estigma social agrupándose con otras personas identificadas como asexuales. "Si más de nosotres pudiésemos contactar unes con otres, ayudaría inmensamente para encontrar formas de enfrentar los problemas en nuestras vidas", escribió. "Si podemos atacar estos sentimientos de vergüenza desde la raíz y eliminarlos, entonces creo que veremos que hay tantas personas asexuales en el mundo como heterosexuales y homosexuales". Incluso una década antes de internet, la primera chispa del movimiento asexual se había encendido.

jueves, 1 de octubre de 2020

Guía de la asexualidad para madres y padres

[Traducción no oficial de esta web | This is an unofficial translation from this website]

Versión sin lenguaje inclusivo [versión con lenguaje inclusivo más abajo]


La asexualidad es una orientación sexual, como ser heterosexual, homosexual o bisexual. Cuando alguien es asexual (o "ace", como alguna gente dice), realmente no está "por nadie" de modo sexual, es decir, no le interesa nadie de esa manera.

Simplemente, no experimenta atracción sexual.


¿Qué es la asexualidad? 

La asexualidad es esencialmente la opción "Ninguna de las anteriores" para la orientación sexual. Hay una probabilidad significativa de que nunca hayas oído hablar de ella antes, pero no te preocupes. No es nada malo. No es una enfermedad, ni un trastorno, ni algo a lo que tu hijo/a se esté asociando para "rebelarse" contra ti. La asexualidad no es algo que necesite ser "arreglado" o "curado". Simplemente es parte de lo que es. Eso es todo.

La asexualidad, en realidad, no es tan rara. Un estudio dice que al menos un uno por ciento de las personas es asexual. Eso significaría que, en España, hay aproximadamente la misma cantidad de personas asexuales que de habitantes en Murcia. No es más conocida porque la gente no se había reunido para hablar sobre cómo se sentían al respecto hasta recientemente. Incluso hoy, muchas personas asexuales ni siquiera saben que hay una palabra que describe cómo se sienten.

Es importante entender que nada ha hecho que tu hijo/a sea así. La asexualidad no es el resultado de ninguna decisión que tú hayas tomado como padre o madre. No hay nada que puedas haber hecho para hacer que sea asexual y, del mismo modo, no hay nada que puedas hacer para que deje de serlo. Igualmente, no es algo que tu hijo/a haya elegido ser. Es algo que siente de forma natural, y está utilizando el término "asexual" para describir esos sentimientos.


¿Qué debería hacer?

 - Escucha a tu hijo/a. Sabrá más que tú sobre este tema.
 - Intenta ser comprensivo/a. No es necesario que todo tenga sentido para ti a la primera; lo importante es que te esfuerces por entender.
 - Investiga. Si no entiendes algo, o tienes preguntas sobre las que no te sientes capaz de preguntar, o si simplemente quieres saber más, emplea algo de tiempo en buscar lo que quieras saber.
 - Trata la asexualidad con respeto. La asexualidad no es imaginaria, no es una "cosa de adolescentes", ni es un chiste. Es una parte esencial de la identidad de tu hijo/a. Si menosprecias la asexualidad, estás menospreciándolo/a.
 - Acepta a tu hijo/a. Esto es importante para él/ella, y es importante que sepas que te importa.
 - Y lo más importante: Quiere a tu hijo/a.


¿Qué no debería hacer?

 - No te enfades. No hay nada por lo que enfadarse. Enfadarte porque tu hijo/a sea asexual es como enfadarte porque calce un 44 o porque tenga los ojos marrones. Enfadarte por ello solamente hará que se sienta peor.
 - No intentes "arreglarlo". No hay nada que "arreglar". La APA reconoce la asexualidad como una orientación válida en el DSM-5*. Llevar a tu hijo/a a un/a terapeuta para "curar" su asexualidad conllevará, en el mejor de los casos, una total pérdida de dinero y, en el peor, una experiencia traumática y horripilante.
 - No intentes convencer a tu hijo/a de que está equivocado/a. Confía en lo que sabe sobre cómo se siente y qué piensa.
 - No evadas el tema. Si tu hijo/a te dice que es asexual, eso implica que es importante para él/ella. Quitarle importancia o eludir el tema le hará pensar que no te importa.
 - No te "olvides" del tema. Si tu hijo/a ha de recordarte que es asexual posteriormente, va a sentir que no te interesas por su vida. No tienes por qué acordarte de toda la terminología ni de todos los detalles específicos, pero sí deberías recordar que es asexual y lo que eso significa.
 - No se lo cuentes a nadie sin permiso de tu hijo/a. Él/ella ha confiado en ti contándote esto. Puede que haya otras personas en las que no confíe lo suficiente como para decírselo. No traiciones su confianza contándoselo a otra gente.


¿Esto significa que mi hijo/a no...

 - será feliz? Tienes miedo de que tu hijo/a nunca podrá ser feliz por ser asexual, pero no hay nada relacionado con la asexualidad que impida a alguien ser feliz. Además, no es como si el sexo o la atracción sexual fuesen las únicas fuentes de felicidad en el mundo (de todas formas, si no fuese asexual tampoco tendría garantizada la felicidad).
 - se casará? Tienes miedo de que tu hijo/a nunca se casará o acabará quedándose solo/a, pero no hay nada relacionado con la asexualidad que impida que encuentren a esa persona especial. Además, quizá está contento/a permaneciendo soltero/a para siempre (de todas formas, si no fuese asexual tampoco habría ninguna garantía de que fuese a casarse).
 - tendrá hijos/as? Tienes miedo de que tu hijo/a nunca tendrá hijos/as biológicos/as, pero no hay nada relacionado con la asexualidad que impida que los tenga. Además, quizá nunca quiso igualmente (de todas formas, si no fuese asexual tampoco habría ninguna garantía de que acabase teniendo hijos/as).
 - experimentará el placer del sexo? Tienes miedo de que tu hijo/a pudiera no sentir nunca el gozo que el sexo supone, pero esto no es necesariamente así. Además, quizá nunca estuvo interesado/a en el sexo o no lo considera algo agradable (de todas formas, si no fuese asexual tampoco tendría por qué disfrutar del sexo de forma garantizada).


Si quieres leer más, puedes acudir a esta página, donde quizá encuentres respuesta a otras preguntas que te estés haciendo y no hayan sido respondidas aquí.

Bienvenida

 Este blog ha sido diseñado para ayudar a las personas que no dominan la lengua inglesa, que es la más utilizada actualmente para generar contenido de todo tipo, a comprender mejor diversas cuestiones relacionadas con la asexualidad, el arromanticismo y más conceptos que suelen entremezclarse con los anteriores, aunque no sean exclusivos de las personas asexuales y/o arrománticas.

Como espero llegar a un público bastante diverso, he decidido crear dos versiones en cada entrada; en una emplearé lenguaje inclusivo, mientras que en la otra no. Aunque apoyo el lenguaje inclusivo —y quizá me anime a explicar el porqué en el futuro—, soy consciente de que hay muchas personas que aún no están familiarizadas con él, y podría dificultarles la tarea de leer textos cuyo objetivo es, precisamente, aclararles las ideas sobre ciertos conceptos que, a pesar de no ser nuevos en cuanto que las orientaciones han existido siempre, sí son bastante recientes en el discurso de la diversidad sexual, romántica y afectiva.

Espero que este espacio pueda ayudarte a resolver tus dudas e inquietudes sobre estos temas. Si tienes cualquier duda o crees que debería realizar alguna corrección, puedes escribir un comentario o enviarme un mensaje a mi correo: volvoredra@gmail.com

La asexualidad en el feminismo radical incipiente, parte 1

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